25 Jun La poesía de activismo y su poder transformador
En un mundo en constante transformación, la poesía de activismo emerge como una voz poderosa y resonante, capaz de inspirar movimientos, desafiar injusticias y fomentar el cambio social. Esta forma de poesía no solo embellece el lenguaje, sino que también lo arma con la fuerza de la verdad, la justicia y la resistencia. En este post, exploraremos cómo los poetas de diversas épocas han utilizado sus versos como herramientas de protesta, esperanza y reivindicación.
Autor: Juan Gelman
Poema: “Bajo la lluvia ajena”
Bajo la lluvia ajena
No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país,
no a la fuerza.
La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida.
Nacemos y nos cortan el cordón umbilical. Nos destierran
y nadie nos corta la memoria, la lengua, las calores. Tenemos que
aprender a vivir como el clavel del aire, propiamente del aire.
Soy una planta monstruosa. Mis raíces están a miles de
kilómetros de mí y no nos ata un tallo, nos separan dos mares
y un océano. El sol me mira cuando ellas respiran en la noche,
duelen de noche bajo el sol.
Autor: María Elena Walsh
Poema: “Oda doméstica”
No sé, pero supongo que algún día
hará frío en los libros y tendremos
que consultar las hojas de verano
Nos habremos cansado de aludir,
no quedará papel ni llanto
para desperdiciar en poesía.
Por ahora, vamos a perpetuarnos
en la fugacidad de la cocina,
a padecer el cotidiano
fallecimiento de las cucharitas.
Una diaria estación de cacerolas
nos ensucia pequeñamente el aire.
Dan asco las ideas puras,
vergüenza la botánica, pudor
la desnudez del pensamiento.
Mejor es ser sumisamente
cuerpo afanado, manos eficaces
para abrochar el delantal del mundo.
Un día los periódicos dirán
que el amor se ha caído a la basura,
que los ángeles agonizan,
pero no acudiremos, ocupadas
en asistir obligatoriamente
a una melancolía de botones.
He pensado a menudo en todo esto,
mujermente agobiada de plumeros.
Nos amenazan hortalizas,
nos corren copas, números, pelusa,
nos arrebatan tiempo reservado
para comprar una porción de sueño.
En la suma de los pañales
y el tintineo de los desayunos,
en repetidas dosis de mercado
y en la elaboración del miedo
se nos va, se nos va el latido
que dedicábamos a la locura.
Y los que calzan sombra masculina,
heredado poder, cómodo imperio,
ordenan nuestra humana servidumbre
mientras se ponen seriamente
a fabricar los tajos de la guerra,
el obstinado pan del sufrimiento
Autor: Alejandra Pizarnik
Poema: “Un sueño donde el silencio es de oro”
El perro del invierno dentellea mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y con un sombrero de hojas secas.
He tenido muchos amores -dije- pero el más hermoso fue mi amor por los espejos.
Autor: Leopoldo Lugones
Poema: “Las horas doradas”
Cuatro bellezas tiene el año,
Cuatro bellezas como tú,
Que me enumera el bonzo extraño
Con su puntero de bambú.
Es la primera, al desperezo
De un amor todavía leve,
La temprana flor del cerezo
Que se mezcla a la última nieve.
La segunda es el sol del estío,
Que en el kaki de fuego y miel,
Pinta al amante desvarío
La mordedura dulce y cruel.
Cuando el amor se acendra en lloro
Y el otoño agobia la rama,
La tercera es la luna de oro
Sobre el lejano Fuziyama.
Y la belleza del invierno
Es el frío, el frío sutil
Que refugia en mi pecho tierno
Tus lentas manos de marfil.
Mas se equivoca el bonzo extraño
Con su doctrina y su bambú.
Cuatro bellezas tiene el año,
Pero ninguna como tú.