Poesía para sanar

La poesía tiene un poder único para sanar el alma herida, para consolar en tiempos de dolor y para llevar esperanza a los corazones afligidos. En este post, exploraremos cómo la poesía puede ser una herramienta poderosa para sanar y encontrar consuelo en momentos de dificultad y sufrimiento. Desde la expresión de emociones difíciles hasta la búsqueda de significado y propósito en la vida, la poesía nos ofrece un refugio seguro donde podemos encontrar consuelo, claridad y renovación espiritual.

Autor: Julio Cortázar

Poema: «Restitución»

Si de tu boca no sé más que la voz

y de tus senos sólo el verde o el naranja de las blusas,

cómo jactarme de tener de ti

más que la gracia de una sombra que pasa sobre el agua.

En la memoria llevo gestos, el mohín

que tan feliz me hacía, y ese modo

de quedarte en ti misma, con el curvo

reposo de una imagen de marfil.

No es gran cosa ese todo que me queda.

Además opiniones, cóleras, teorías,

nombres de hermanos y de hermanas,

la dirección postal y telefónica,

cinco fotografías, un perfume de pelo,

una presión de manos pequeñitas donde nadie diría

que se me esconde el mundo.

Todo lo llevo sin esfuerzo, perdiéndolo de a poco.

No inventaré la inútil mentira de la perpetuidad,

mejor cruzar los puentes con las manos

llenas de ti

tirando a pedacitos mi recuerdo,

dándolos a las palomas, a los fieles

gorriones, que te coman

entre cantos y bullas y aleteos.

Autor: Alfonsina Storni

Poema: “Lo inacabable”

No tienes tú la culpa si en tus manos

mi amor se deshojó como una rosa:

Vendrá la primavera y habrá flores…

El tronco seco dará nuevas hojas.

 

Las lágrimas vertidas se harán perlas

de un collar nuevo; romperá la sombra

un sol precioso que dará a las venas

la savia fresca, loca y bullidora.

 

Tú seguirás tu ruta; yo la mía

y ambos, libertos, como mariposas

perderemos el polen de las alas

y hallaremos más polen en la flora.

 

Las palabras se secan como ríos

y los besos se secan como rosas,

pero por cada muerte siete vidas

buscan los labios demandando aurora.

 

Mas… ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!

¡Y toda primavera que se esboza

es un cadáver más que adquiere vida

y es un capullo más que se deshoja!

Poeta: Ana Suárez

Ahí donde pensamos que es

no es. 

La huella que seguimos no suele

ser la que hay que seguir.

La revolución nunca está en lo que

estamos viendo.

El mensaje jamás es el primero que

se piensa que es.

Lo que se lee, es signo de otra

cosa.

Lo que se ve… No está ahí

Sin embargo, la huella del río

siempre lleva al agua

y lo que no se entiende…

ahí

ahí es.

Tags: