21 May Poesía para sanar
La poesía tiene un poder único para sanar el alma herida, para consolar en tiempos de dolor y para llevar esperanza a los corazones afligidos. En este post, exploraremos cómo la poesía puede ser una herramienta poderosa para sanar y encontrar consuelo en momentos de dificultad y sufrimiento. Desde la expresión de emociones difíciles hasta la búsqueda de significado y propósito en la vida, la poesía nos ofrece un refugio seguro donde podemos encontrar consuelo, claridad y renovación espiritual.
Autor: Julio Cortázar
Poema: «Restitución»
Si de tu boca no sé más que la voz
y de tus senos sólo el verde o el naranja de las blusas,
cómo jactarme de tener de ti
más que la gracia de una sombra que pasa sobre el agua.
En la memoria llevo gestos, el mohín
que tan feliz me hacía, y ese modo
de quedarte en ti misma, con el curvo
reposo de una imagen de marfil.
No es gran cosa ese todo que me queda.
Además opiniones, cóleras, teorías,
nombres de hermanos y de hermanas,
la dirección postal y telefónica,
cinco fotografías, un perfume de pelo,
una presión de manos pequeñitas donde nadie diría
que se me esconde el mundo.
Todo lo llevo sin esfuerzo, perdiéndolo de a poco.
No inventaré la inútil mentira de la perpetuidad,
mejor cruzar los puentes con las manos
llenas de ti
tirando a pedacitos mi recuerdo,
dándolos a las palomas, a los fieles
gorriones, que te coman
entre cantos y bullas y aleteos.
Autor: Alfonsina Storni
Poema: “Lo inacabable”
No tienes tú la culpa si en tus manos
mi amor se deshojó como una rosa:
Vendrá la primavera y habrá flores…
El tronco seco dará nuevas hojas.
Las lágrimas vertidas se harán perlas
de un collar nuevo; romperá la sombra
un sol precioso que dará a las venas
la savia fresca, loca y bullidora.
Tú seguirás tu ruta; yo la mía
y ambos, libertos, como mariposas
perderemos el polen de las alas
y hallaremos más polen en la flora.
Las palabras se secan como ríos
y los besos se secan como rosas,
pero por cada muerte siete vidas
buscan los labios demandando aurora.
Mas… ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!
¡Y toda primavera que se esboza
es un cadáver más que adquiere vida
y es un capullo más que se deshoja!
Poeta: Ana Suárez
Ahí donde pensamos que es
no es.
La huella que seguimos no suele
ser la que hay que seguir.
La revolución nunca está en lo que
estamos viendo.
El mensaje jamás es el primero que
se piensa que es.
Lo que se lee, es signo de otra
cosa.
Lo que se ve… No está ahí
Sin embargo, la huella del río
siempre lleva al agua
y lo que no se entiende…
ahí
ahí es.