Reflejos del Amor en Poesía Argentina con Cinco Poemas Destacados

El amor, con sus variadas expresiones y matices, ha sido una fuente inagotable de inspiración para poetas de todo el mundo. En Argentina, la tradición lírica no es la excepción y ha brindado al universo literario verdaderas obras maestras que capturan la esencia del sentimiento amoroso. Desde las pasiones más arrolladoras hasta los desamores más melancólicos, los versos de nuestros poetas reflejan las profundidades del alma argentina en su relación con el amor. Aquí, nos sumergimos en cinco poemas que representan lo mejor de esta tradición y nos permiten explorar el corazón palpitante de nuestra identidad poética.

Poeta: Olga Orozco 

Poema: “Amor, ch′a nullo amato-amar perdona”

No con lechos viscosos ni con instrumentales de tortura,

no con esas aviesas escaleras que te devuelven siempre

al enemigo prometido,

ni con falsos paneles ni laberintos circulares,

y aun menos con la llama inextinguible que te devora

y te preserva indemne

-¡ah la intolerable prestidigitación del escarmiento!-,

sino con aquel día que se adhirió a la dicha como un

color, como una enredadera,

fabricaste tu infierno.

Es ese mismo día cortado a la medida de tu cielo,

ese que fue más breve que un temblor,

pero tan perdurable como un meteoro sobrenatural

de paso en este lado.

Era un lugar de encuentro entre viajeros perdidos en

la historia,

un salto de ascensión igual que una vorágine de luz

hacia las nubes,

la exacta coincidencia de dos vuelos en una sola sombra

sobre el agua.

Era como mirar el mismo panorama que miraría Dios.

¡Qué confluencia de soles sobre un instante único del

mundo!

Ahora es piedra y sed.

Ajeno, el día que te envolvió en su piel ya no te incluye.

Nada te reconoce en esta cárcel que tal vez fue cristal

y es hielo transparente,

y por más que te obstinas en amaestrar la noche tras-

cendiendo el olvido

no consigues asir ningún objeto ni aciertas con tu paso

en el tapiz.

Giras eternamente en torno de alguien que obstruye la

salida.

Es alguien cuyos ojos no sirven para ver sino tan sólo

para ser mirados,

un fantasma que viene de muy lejos sin ningún

reclamo, sin ninguna respuesta,

obligado a volver por el amor que no perdona:

el inasible huésped de algún cielo o quizás el cautivo

de un análogo infierno.

Autor: Bernárdez, Francisco Luis

Poema:“Estar enamorado…”

Estar enamorado, amigos, es encontrar el nombre justo de la vida.

Es dar al fin con la palabra que para hacer frente a la muerte se precisa.

Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel en que el alma está cautiva.

Es levantarse de la tierra con una fuerza que reclama desde arriba.

Es respirar el ancho viento que por encima de la carne se respira.

Es contemplar desde la cumbre de la persona la razón de las heridas.

Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que nos mira.

Es escuchar en una boca la propia voz profundamente repetida.

Es sorprender en unas manos ese calor de la perfecta compañía.

Es sospechar que, para siempre, la soledad de nuestra sombra está vencida.

Estar enamorado, amigos, es descubrir dónde se juntan cuerpo y alma.

Es percibir en el desierto la cristalina voz de un río que nos llama.

Es ver el mar desde la torre donde ha quedado prisionera nuestra infancia.

Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de cigüeñas y campanas.

Es ocupar un territorio donde conviven los perfumes y las armas.

Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo recibirla de su espada.

Es confundir el sentimiento con una hoguera que del pecho se levanta.

Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo ser esclavo de la llama.

Es entender la pensativa conversación del corazón y la distancia.

Es encontrar el derrotero que lleva al reino de la música sin tasa.

Autor: Capdevila, Arturo

Poema: “Canción del primer amor”

 

¡Ah, qué gloria! Vino de pronto, traviesa,

la fresca chiquilla de la edad jovial:

las mejillas, rosas; la boquita, fresca,

y la muy querida me tocó el cristal.

Yo seguí con ella camino del huerto.

¡Oh, la primavera bajo el huerto en flor!

Yo seguí con ella, soñando despierto…

Y no fue más que esto mi primer amor.

Poeta: Roberto Juarroz  

Poema: “Poesía Vertical»(9-4)

A veces, 

sólo a veces, 

uno quisiera no tener corazón, 

ser una piedra, 

una cosa, 

cualquier objeto sin vida o con una vida limitada.

Pero el corazón late, 

late sin cesar,

 con sus dos sílabas de sombra, 

y toda posibilidad de ser piedra,

 cosa o cualquier objeto se pierde en ese latido.

Así nos alejamos definitivamente de la clorofila,

de la fotosíntesis, de la lenta serenidad de los astros,

 de la repetida danza de los electrones,

de la mansedumbre del azul en los lagos, 

de la perpendicular quietud de los cipreses,

 y sobre todo de la materia sosegada,

madre de la única eternidad a que podemos asirnos.

 

Sólo a veces

 uno quisiera no tener corazón, 

pero esas veces son tan hondas.

Poeta: Hugo Padeletti 

Poema: «Algo sobre el amor»

Los soldados 

desnudos

 al mediodía 

nuestros cuerpos

 combaten

 en la cama.

Los batallones 

de nuestros dedos

 y manos 

acarician

el enemigo.

Boca con boca 

nos amamos

respiramos

el aire del otro. 

Ojos cerrados 

no hay tregua

el uno

al otro 

nos matamos.

Hasta la noche

que con la tumba 

del sueño reposamos. 

Despiertos

 nos decimos

 sin hablar 

lo que

 sabemos.

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