23 Ago Voces Femeninas de la Poesía Argentina
La poesía ha sido un vehículo poderoso para la expresión de ideas, emociones y pensamientos a lo largo de la historia de Argentina. Entre sus versos, se han alzado voces femeninas fuertes y resonantes que han aportado una perspectiva única y vital a la literatura del país. Acompáñanos en este viaje a través de la poesía femenina de Argentina, y descubre cómo estas voces han articulado no solo la experiencia de ser mujer en un contexto cultural específico, sino también cómo han reflejado y dado forma a la conciencia y el carácter de una nación. Sus versos son una celebración de la creatividad, la resistencia y la autenticidad de las mujeres en la literatura argentina, y una invitación a sumergirse en la belleza de sus palabras.
Poeta: Maria Negroni
Poema: Por decirlo así
Me acosté con la noche cuando el sol
de este lado del sur
más ruidoso que el ruido
avanzaba
hacia el final de algo
y allí se intercambiaban
lo que pudo haber sido
y lo que siempre está siendo
como un cuerpo
abierto al fin
a la locuacidad de lo que calla
Poeta: Paulina Vinderman
Poema: Voy hacia el nombre
Y es siempre el terror a los veranos
y el lento no saber.
Voy hacia el nombre.
Tal vez me llame invierno
en el país del lenguaje.
Cuando no hay viento,
y el silencio se olvida de cerrar
una ventana,
hago el refugio en mi imagen perdida.
El alma
desparramada por los mundos,
reúne sus pedazos
en las noches sin luna.
El universo entero
se acerca de puntillas a mi mesa
cuando recobro la manera de mirar.
Poeta: Beatriz Schaefer Peña
Poema: Alfa del Centauro
Bajo este asombro de constelaciones,
presintiendo tu huella que conduce
al vislumbre del Primer Universo,
-aquél que engendró al día de los días-
detengo la mirada y me arrodillo
en un ejercicio de humildad
y te pido que me dejes prevalecer.
Antes de culminar tu ciclo luminoso
detén, por un momento, tu vorágine de estrella
y como hiciste antaño con el Niño,
enciéndeme en la frente el soplo de los dioses
para que pueda ejercer otro destino
diferentes en los signos y el castigo
sobre esta tierra donde caen destruidas
las imágenes que elevé con plegarias.
Sí, yo te pido que antes de partir definitiva
en el tiempo donde no sucederé,
me aproximes al enigma
y en la frontera inconclusa de los sueños,
como esa bruja de los cuentos de hadas,
cabalgue tu fulgurante rabo
mientras desecho la intención oscura,
la que subyace en el sabát secreto
que alguna vez, también, he celebrado.
Y te pido, como último deseo,
que les concedas a mis imposibles:
la inabordable noche, el verbo alucinado
o el laberinto mágico que mide
su proyección eterna en el espejo.
Solo por un instante de encendido milagro.
Apenas el instante.
Poeta: Alicia Genovese
Poema: La resentida
Con mi silencio haré
una máquina de guerra,
con retraimiento
una catapulta
que arroje una y otra vez
las piedras más desgarradoras,
las que brotan apretadas
de las fisuras volcánicas.
Con mi silencio
un corredor de lava,
un lloradero de fuego
que vuelva
la zona impasible.
Pertrechos de combate,
material estratégico
desviados todos, con mi oscura
sola decisión de callarme.
Un arma
mortífera construiré
armaré, lanzaré
siempre en futuro
como los planes perfectos.
La venganza se cumple
inflexible en el futuro.
En el presente hay ojos
menudencias, imprevistos,
un temblor en la mano
de la víctima
que vulnera.
La venganza
desplaza el tiempo,
el futuro puede
sacarme este aspecto
penoso:
el vituperio de los mercaderes
la diatriba de los justos.
Poeta: Alejandra Pizarnik
Poema: Cantora nocturna
La que murió de su vestido azul está cantando.
Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad.
Adentro de su canción hay un vestido azul,
hay un caballo blanco, hay un corazón verde
tatuado con los ecos de los latidos de su corazón muerto.
Expuesta a todas las perdiciones,
ella canta junto a una niña extraviada
que es ella: su amuleto de la buena suerte.
Y a pesar de la niebla verde en los labios
y del frío gris en los ojos,
su voz corroe la distancia que se abre
entre la sed y la mano que busca el vaso.
Ella canta.