La Pasión y Melancolía del Alma Argentina

El amor, esa fuerza insondable que mueve mundos y corazones, ha sido plasmado en los versos de los poetas argentinos con una intensidad y profundidad particular. Con palabras que vibran al compás del sentimiento, estos poetas nos sumergen en sus propias experiencias, llevándonos desde el éxtasis del amor correspondido hasta el dolor del desencanto. A continuación, cinco poemas que revelan distintas facetas del amor en la poesía argentina:

Poeta: Jorge Luis Borges

Poema: Arte poética

 

Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. El bello rostro de Daniela no existe más que para mis ojos, lo que la rodea es insensible como el metal, y yo he de ser fantasma o hombre en su pesadilla.

Una querida menos real que una imagen en el espejo de un espejo, me ha confiado un mundo irreal de agonías y de fechas y de lugares. Es el amor

con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. 

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. 

Ya no me mirarán los ojos que espero.

Puedo perder o salvarme, ser otro, ser el mismo. 

Aceptaré las alucinaciones, el insomnio, los vértigos, el terror, el tedio.

Habré de apurar hasta las heces el caliz del poeta.

Poeta: Alejandra Pizarnik 

Poema: Canción


Despegarse de la especie 

por un golpe de sentido

 no es posible.

 Pero canta con tu boca 

llena de tierra y de tiempo, 

habla de la miseria

 del alma, de la pasión

 no satisfecha, del odio puro y directo, de la 

transparencia.

Poeta: Oliverio Girondo 

Poema: Nocturno


Noche viuda de luciérnagas; 

caderas de la sombra; 

amapola del sueño: espejismo del alma.

 Llama con manos blancas, 

la distancia que alarga 

la pupila en tinieblas

 de tus pupilas claras.

Poeta: Juan Gelman 

Poema: Con


a veces me da por pensar 

que tal vez estás necesitando

 como nunca de alguien 

que te deje lleno de caricias 

el cuerpo sin huella

 y los ojos y la voz.

Poeta: Leopoldo Lugones  

Poema: Idilio


La quietud sujeta de la siesta

Cual mano maternal lleva a la frente 

De su niño, mi soñolienta cabeza,

 Y me acoge en sus brazos dulcemente.

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